La radioterapia y la piel del seno

La radioterapia es uno de los pilares del tratamiento del cáncer de la mama.  El proceso es como el de obtener rayos X, excepto que los rayos utilizados son de mayor energía.

Los diferentes tipos de radioterapia utilizados en el tratamiento del cáncer de mama serán objeto de futuras publicaciones.  Por ahora, nos concentraremos en los cambios a corto y largo plazo que aparecen en seno como resultado de este tratamiento.


¿Por qué la radioterapia afecta la piel del seno?

Las células cancerosas se multiplican muy rápidamente.  Este proceso de división celular es particularmente susceptibles a los efectos de la radiación; los rayos X de alta energía utilizados matan las células.

La epidermis – la capa más externa de la piel – consiste de células que también se dividen con alta frecuencia, por lo que se verán afectadas por la radiación.


Cambios a corto plazo

Los efectos secundarios más comunes a corto plazo de la radioterapia son la fatiga, dolor y cambios en la piel.  Estos últimos generalmente implican descomposición de la piel y pérdida de pigmentación. Usualmente, los efectos secundarios no son inmediatos

La irritación de la piel que sigue a la exposición a la radiación se asemeja a una quemadura solar.  Los síntomas incluyen enrojecimiento, hinchazón, sensibilidad y picazón.  Peladura de la piel y ampollas también pueden ocurrir.  La exfoliación y la formación de ampollas pueden ser más extensas en los pliegues de la piel y en la parte inferior del seno.

Los cambios a corto plazo tienden a aparecer pocas semanas después de la radioterapia.  Pueden persistir, e incluso empeorar, durante un par de semanas una vez que finaliza el tratamiento.


Cambios a largo plazo

Los cambios a largo plazo tienden a ser el resultado de la formación de cicatrices, fibrosis y daños en los vasos sanguíneos.

La piel que cubre al seno puede volverse más firme e incluso encogerse.  El bronceado y el oscurecimiento del área expuesta a la radiación también son posibilidades.  En algunas instancias, ocurre una decoloración roja, especialmente alrededor de las cicatrices quirúrgicas.

El linfedema – la inflamación de los ganglios linfáticos en el área de la axila – también puede ocurrir.

Estos cambios pueden tomar desde meses hasta más de un año para resolverse.  A veces, pueden ser permanentes.

Consideraciones de tratamiento

En su mayor parte, el tratamiento de cualquier incomodidad causada por los cambios a corto plazo es sintomático.  Sin embargo, la fatiga pueden persistir durante meses.

Dependiendo de la cantidad de tejido mamario extraído durante la tumorectomía, los cambios relacionados con la radioterapia pueden conducir a una deformidad permanente.  En esos casos, se debe considerar la cirugía de reconstrucción mamaria.



Foto de Victoria Strukovskaya on Unsplash

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